El botón del pánico.
Aunque su nombre parezca todo lo contrario, es el regalo perfecto para el Día de la Familia, que se celebrará el próximo 15 de mayo. Un regalo sencillo, práctico y para el disfrute de todos. Hace ya unos años que lo hice y, después de varios cursos metido en el cajón de los recuerdos, toca quitarle el polvo a la idea y rescatarlo para este curso, porque me encanta la ida.
¿Quién no quisiera en alguna ocasión poder usar el botón del pánico? Pues al loro, que lo explico.
La idea me vino a los meses de nacer mi primer hijo. Él nació llorando, y llorando se pegó hasta los dos años y medio… En alguna ocasión me pillaron in fraganti, dándole vueltas al niño, buscando por todos sitios el interruptor de ‘mute’, ya me entendéis. Pero claro, no lo tenía. Y como, ante todo, hay que intentar llevar por bandera el «siempre positivo, nunca negativo», de todo momento chungo también se sacan cosas buenas, fue entonces cuando se encendió la bombilla de maestro.
En aquella ocasión el regalo fue el mismo para el día del padre y para el día de la madre, fechas en las que, tradicionalmente, siempre hemos elaborado algún regalito, en forma de manualidad, para mamá o para papá, como en todos los coles. Aunque hace algunos cursos ya hemos unificado ambos regalitos, y lo hacemos para el día de la familia, nos parece más justo y sensible a todas las realidades de cada niño. Así pues, el regalo será para el día de la familia. Y me encanta que sea así. Una familia, un botón del pánico.
¿Cómo fabricarlo?
Con una cartulina tamaño A4, de color claro, para poder escribir y dibujar en ella, se diseña una tarjeta de felicitación para la familia, sencilla. Con algún mensaje personal, alguna dedicatoria, agradecimientos a sus familias, diciendo cuánto les quiere, algún dibujito hecho por ellos… Y, aunque siempre es un regalo que encanta a las familias, pues está lleno de cariño, de momento nada nuevo que no conozcáis.
En la parte interior de la tarjeta, para que solo se vea cuando se abra, se pega un círculo recortado de goma EVA. Aunque el rojo es el típico color de un botón del pánico, y así fue como los hicimos la última vez, la verdad es que eso ya es cuestión de gustos, y cada uno que coloque el botón del color que más le guste o, directamente, del que tenga más a mano. De una plancha de goma EVA salen varios botones, así que no hace falta tener mucha cantidad de goma. Una vez pegado el botón del pánico en su sitio de la tarjeta, habrá que elaborar un letrero que indique que ése es un botón del pánico. Tarjeta lista.
¿Cómo se usa el botón del pánico?
Un botón del pánico sin sus debidas instrucciones sería muy peligroso, así que este será el momento de elaborar las instrucciones de uso del botón. Las instrucciones las redacta cada niño, pues cada niño tendrá las suyas, únicas y personales.
En dichas instrucciones, cada niño redactará todo aquello que se compromete a realizar si el botón es pulsado. Os pongo algunos ejemplos de los que salieron la última vez (lo hice en 2º de primaria, en esta ocasión lo vamos a elaborar para 5º de primaria):
- Regalar a mi familia diez minutos de silencio.
- Dejar a los mayores ver una peli de las suyas sin molestar.
- Permitir que mi padre se coma la última croqueta que quede.
Pero cuidado, que también la familia tiene su cuota de responsabilidad con el botón, pues se deben comprometer a no usar el botón del pánico más de dos veces al día, o perderá su efecto mágico.
Y así de sencillo es crear el botón del pánico. Regalo que seguro hará las delicias de cualquier familia.
Pon un botón del pánico en tu vida, ¡no esperes más!

Ramón Rodríguez Galán @Profe_RamonRG