Convencido de las metodologías activas, de promover la motivación en el alumnado como base del aprendizaje, fan de la creatividad y la libertad de expresión como eje del desarrollo humano, defensor del juego como método de aula, y profe por vocación.
Sí, soy yo, y ahora además rescatando uno de mis mayores placeres de siempre, el dibujo. Pues creo que el Visual Thinking recoge en gran medida todas las características arriba descritas y puede generar un nuevo punto de vista no sólo en docentes, también en los alumnos, a la hora de encarar la aventura educativa que vivimos hoy en día en las aulas.

¿Qué puede aportar el Visual Thinking a nuestra forma de trabajar?
De manera sencilla, el Visual Thinking es plasmar en dibujos nuestros pensamientos o emociones, nos permite dar forma a nuestras ideas a través de un dibujo.
En mi caso mi función de profe la desarrollo con alumnos de todas las edades: niños de primaria, jóvenes universitarios, adultos docentes que asisten a mis formaciones… Pero el resultado en todos los casos es muy parecido, con la motivación como protagonista y la capacidad de captar la atención, hasta en los casos donde más cuesta hacerlo.
En mi cole, con mis alumnos de primaria, me permite, de manera sencilla y más comprensible, explicar y desarrollar conceptos normalmente complejos para los críos, que de repente encuentran en el dibujo una manera de afrontar dicho contenido que les facilita mucho su comprensión y puesta en práctica.
Ni qué decir tiene que, en la universidad y másteres postgrado, la intención es capacitar a los alumnos (futuros maestros) a que sean capaces de desarrollar dibujos que consigan el efecto anteriormente mencionados cuando comiencen su vida profesional.
Además de la ´organización mental´ que el dibujo genera en los alumnos, sea cual sea su edad, y que tanto les ayuda en sus tareas escolares y estudios universitarios. Yo lo veo ya como algo imprescindible.

¿Cómo introducir el Visual Thinking en mis clases?
A día de hoy es más sencillo que nunca. Aunque no siempre fue así.
Es cierto que cuando comencé mi etapa docente (pues aunque soy un ´chavalín´ 😉 ya llevo en ésto 15 años) en clase sólo teníamos pizarra y tiza, hacíamos auténticas obras de arte, de algunas incluso conservo fotos que algún día colgaré por aquí, pero era difícil… Mucho tiempo invertido para algo que terminaría desapareciendo (pues la pizarra había que borrarla), kilos de tiza gastados, las manos siempre blancas, el polvo en el ambiente y parafraseando a una peli increíble… ¡Cómo me gusta el olor a tiza por las mañanas!
Hoy en mi clase sigue habiendo pizarra y tiza, todo un clásico que aún da mucho juego, pero coexiste con pantalla digital, proyector, ordenador, smartphone… desde donde se puede desarrollar un buen dibujo mientras te desplazas por la clase, trabajas con un grupo o supervisas el trabajo de otro, todo desde una pantalla que, en directo, reproduce lo que haces en la gran pantalla de clase, que todos los alumnos están viendo.
Sin duda toda una revolución, que por rutinaria que nos parezca a estas alturas, aún muchos docentes no conocen ni practican, y que tiene un potencial enorme.

¿Qué sacan mis alumnos de todo esto?
Pues muchas de las ventajas ya las he dejado por escrito, pero resumimos:
- Un niño, antes de leer y escribir, ya sabe dibujar, y sus primeras ideas y sentimientos las expresa a través de dibujos. Es para ellos un lenguaje natural.
- Cuando se dice que una imagen vale más que mil palabras no es hablar por hablar, es porque nuestro cerebro está más preparado para asimilar imágenes que texto.
- Motivación, creatividad, efecto lúdico… todo viene por defecto en el dibujo.
- Además, por no extenderme más, de los beneficios a la hora de organizarse para sus tareas escolares, estudios universitarios, trabajo en casa, etc.
Con mucho camino por recorrer aún por delante, con mucho que aprender y mejor aún, con mucho por dibujar, seguiré con ilusión por este camino del Visual Thinking, que no, no es una moda pasajera, es una herramienta potente y práctica que en el sector de la educación promete y mucho.
Ramón Rodríguez Galán @Profe_RamonRG