No nos quedemos en las notas, por favor.
Estamos en plena época de evaluaciones y entrega de notas, y quiero aprovechar la ocasión para seguir en mi particular lucha por cambiar la mentalidad y el enfoque que desde siempre le hemos dado.
Es de cajón vislumbrar un futuro cercano sin exámenes y sin notas, las razones son ya tantas que caerá por su propio peso. De momento la ley de educación nos encadena a unos estándares de evaluación a los que tenemos que rendir pleitesía, pero a lo que nadie nos puede obligar es a seguir todos un mismo enfoque de las mismas, ahí somos libres de entender las notas como queramos entenderlas, ahí es donde voy, a que sepamos darles la lectura correcta. Hasta que la ley nos deje ir más allá… y lo conseguiremos.
Si hay que hacer exámenes (que no hay porqué hacerlos), hagámoslos, pero sin darle más importancia que a cualquier otra actividad que hagamos. Os doy una realidad, un niño de primaria puede sacar un día un 3 (porque no veía la hora de jugar y quería terminar rápido) y al día siguiente un 10 en el mismo examen (porque lo hacía a primera hora y aún quedaba tiempo para el recreo). Entonces, ¿de verdad son tan fiables e importantes los exámenes?
En Finlandia (recurso manido, lo sé, pero me vale), país top a nivel mundial en cuanto a educación, y así lo confirman los Informes PISA año tras año, los niños no tienen nada parecido a notas o exámenes hasta lo que sería nuestro 5º de Primaria cuanto menos… uff, da que pensar.
Y siempre nos llega el dudoso razonamiento de algunos: “es que el niño se tiene que ir acostumbrando”. Entre los 3 y los 11 años el niño debe acostumbrarse, sí que es verdad, pero acostumbrarse a jugar, a hacer deporte, a comer sano, a ser feliz, a vivir su infancia. Está completamente demostrado que sacar notables o sobresalientes en el cole no garantiza un futuro brillante. Pero sacar lo mejor de cada niño, aumentar al máximo su autoestima y hacerles sentir la importancia de cada paso que dan, les hace ser mejor personas, les educa para la vida, les acerca al éxito. Y para eso no les hacen falta las notas… ni a ellos, ni a los profes, ni a sus padres.
“El objetivo de la educación es sacar lo mejor de cada niño para que después pueda devolverlo a la sociedad. Así, aprovechando su pasión por aprender, ganamos todos.” (Ana Díaz, periodista).
Así pues, no nos quedemos en las notas, aprendamos a mirar más allá. No esclavicemos a nuestros niños a la presión de unos resultados. Las notas nunca serán lo suficientemente justas, un notable jamás podrá definir todo lo que es un niño, y todo lo que ha conseguido.
¿Es tu hijo buena persona? ¿Tiene un corazón honrado? ¿Es generoso, buen compañero? ¿Es feliz?… ¿Dónde viene todo eso reflejado en las notas? ¿Y no es lo más importante?
Si tu hija lleva un notable en lugar de un sobresaliente, no busques dónde ha fallado, no lo ha hecho… ¿sabías que con su sonrisa ilumina hasta el día más oscuro, y que es capaz de contagiar con esa energía al resto del grupo? Esto es lo que quiero que sepas.
“La obsesión por las evaluaciones y las notas aprisiona al niño y termina matando las ganas de aprender con las que nacemos todos los seres humanos.” (Ana Díaz).
Mi obsesión es proporcionar y dotar a mis alumnos de todas las herramientas y posibilidades posibles para que exploten al máximo sus capacidades, sin competir por dónde llega cada uno.
Generar en ellos la ilusión por aprender, mantenerlos motivados cada día, hacer que la felicidad sea el motor de nuestra clase. Todo lo demás, llegará sólo.
Por eso repito, una y mil veces más, hasta que gota a gota cale en la mentalidad de todos nosotros, no nos quedemos en las notas.
Ramón Rodríguez Galán
@Profe_RamonRG
Me parece realmente interesante y totalmente de acuerdo en todo, tan bien es cierto que de alguna forma hay que medir los conocimientos que van adquiriendo, pero seguro que existe una forma menos estresante y sobre todo y más importante se eliminarían las tan «odiosas» etiquetas que se les colocan a los niñ@s por el hecho de sacar más o menos nota.
Un gran artículo para reflexionar.
Un Saludo
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Gracias por tu comentario Maite, por supuesto que hay muchas formas de medir los conocimientos y objetivos que van alcanzando los niños sin pasar por el filtro de las etiquetas. En ello estamos!
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Yo tengo la misma opinión ya que las notas no son el reflejo de la inteligencia y de lo que se puede conseguir muchos objetivos de los niños en manos de los profesores, las etiquetas tanto positivas o negativas son perjudiciales para los niños. Gracias D. Ramón un articulo muy interesante,
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Gracias a ti Maribel por tus comentarios.
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Yo estoy totalmente de acuerdo con el articulo, las notas no son el reflejo de la inteligencia de los niños, los objetivos que realizan los profesores tampoco deben de limitarse a esas notas tampoco es justo. Las etiquetas en positivo o en negativo referente a las notas, deportes o aficiones no son buenas.
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